Relato 1: Una vieja canción

Al fin me he decidido a subir el primer relato del reto, el motivo es que estaba sin corregir y sigue así porque no ha podido ser todavía, así que de paso aprovecho para pedir betareaders majos ¿para emergencias? pues eso, si me queréis despellejar aquí estoy, os lo agradeceré.

Pero bueno, vamos a lo que vamos, este reto me lo pidió @BettieJander y la verdad es que sorprendió mucho el giro que le dio mientras escribía, en un principio pensé en escribir algo relacionado con La Revolución francesa, pero algo se torció por el camino y terminó convertido en algo parecido a un fanfic de El Hobbit, no lo es exactamente porque me he inventado cosas, claro.

En fin, espero que os guste:

Una vieja canción

Una voz se alzó entre la multitud entonando una vieja canción.

El resto de los enanos se sorprendieron al escucharla porque hacía mucho tiempo que no oían entonar esas notas bajo la montaña gris. El cántico narraba las valerosas hazañas de un antiguo rey, un dragón recubierto con escamas de oropel y un preciado tesoro que ambos ansiaban conseguir a toda costa, solo por ambición.

La codicia de ambos contendientes no conocía limites, los enanos son muy orgullosos y los dragones sagaces. El rey Olli reunió a sus mejores guerreros para derribar a la bestia, fue una lucha a muerte entre ambos, no se recuerda otra igual en el Clan del Zafiro. Sin embargo, ninguno de los bandos desfalleció en la batalla, ya que había demasiado en juego: toneladas de oro y piedras preciosas acumuladas a lo largo de los siglos por varias generaciones de humanos que se habían quedado sin dueño tras fallecer el último heredero, entre sus joyas se hallaban dos reliquias pertenecientes a cada uno de ellos, una orbe del Reino de los Dragones y un martillo mágico forjado por los ancestros del rey enano. El vencedor no estaría dispuestos a negociar el abundante botín con el derrotado.

Al final, ganó el dragón, los dragones siempre ganan los enfrentamientos, puesto que tienen ventaja incluso por encima de un nutrido ejército de enanos; además ser inteligentes escupen bocanadas de fuego por sus imponentes fauces capaces de abrasar una villa entera. Sus resistentes escudos no lo resistieron, cayeron más de mil. No obstante, eso iba a cambiar pronto, el Clan del Zafiro vencería en su próximo encuentro.

Lars continuó cantando mientras extraía el precioso mineral de la roca y lo depositaba en el saco, era el décimo que llenaba a lo largo del día y todavía podía terminar otro más, los enanos apenas necesitaban descansar, bajo las rocas el sol no salía y los mineros tenían la vista adaptada a la oscuridad.

Esas piedras carmesí servirían para forjar armaduras ignífugas y entonces su clan sería invencible.

La canción se extendió por las galerías hasta llegar a oídos de los guerreros, animándoles a volver a desfundar sus armas. Por otra parte, esa noche todos los miembros de la corte brindaron con la mejor cerveza enana para celebrar la futura victoria tarareando la misma canción.

«El martillo del Rey Olaf iremos a buscar,

nuestra canción se oirá,

y cuando el último dragón muera,

nuestra gloria perdurará,…»

Hoy en día todavía se sigue escuchando en el Gran Salón.